Imagina la siguiente situación:
Te gusta una chica, la invitas a salir, comparten muchos momentos, cuando ella necesita apoyo, tú estás siempre ahí para ella, nunca olvidas su cumpleaños, te muestras totalmente sincero y ofreces lo mejor de ti…. Y así pasan las semanas y los meses (incluso los años) y ella, aunque en ocasiones muestra un “cierto interés” por ti, realmente no llegan a mucho y cuando tú menos te lo esperas… ¡bam! Llega un vivo y sin la menor advertencia, se queda con ella.
¡Qué injusticia! – piensas - ¡Yo no me merezco esto!
¿TÚ no te MERECES eso?
Ja.
Merecer no tiene nada, absolutamente NADA que ver con tener éxito con las mujeres o en todo caso con ningún otro aspecto de la vida. Créeme.
Éste es un gran error, del que debes huir como se huye de la peste (o de la influenza cepa H1N1) porque el que tú hagas cosas por ella NO garantiza en ningún modo, que ella te corresponda. Déjame decir eso nuevamente: Que tú hagas cosas por ella no implica en absoluto que ella se sienta atraída hacia ti.
De hecho mira de nuevo la situación y sé totalmente sincero. La verdad es que cuando dices que no te mereces que te trate así lo que estás diciendo es tú crees que ella ESTABA OBLIGADA a tratarte diferente (es decir, a corresponderte románticamente) y por tanto, siendo sinceros, todo lo que hiciste por ella no es sino un intento por MANIPULARLE.
Sí. Te he llamado manipulador, porque eso es lo que eres. No eres un chico lindo, eres un manipulador y lo que es peor: eres un MAL manipulador.
Ya. No te lo tomes tan a pecho. Todos somos manipuladores, todos queremos en mayor o menor medida influenciar a la gente a nuestro alrededor para lograr nuestros objetivos personales. Se llama naturaleza humana.
Querer influenciar o persuadir a los demás no tiene NADA de malo. Sólo es malo cuando DAÑAS intencionalmente a los demás en el proceso. Pero en el caso que nos ocupa, tu no intentas dañar a esa chica, solo quieres salir con ella y lograr que AMBOS pasen un buen rato. Sip. Tú buscas tu placer, pero en el proceso también ella obtiene placer. Es un camino de dos vías. Si hay sinceridad desde un inicio y si es claro para ambos lo que se pretende, entonces no hay nada de malo en ayudarle a decidirse.
El error, como dije antes es creer que tu MERECES algo.
Pero igual de dañino es creer que tu NO MERECES estar con ella.
Este pensamiento destructivo es de lo peor.
¿Tú crees que si no tienes dinero, o no eres famoso NO MERECES una mujer hermosa?
Porque la verdad es que te escudas y pones de pretexto que “mujeres como ella no se fijan en tipos como yo” para enmascarar la verdadera situación: TÚ eres quien no se SIENTE a la altura de una mujer como ella. Tú crees que NO LA MERECES.
Hay dos errores en este pensamiento, el error número uno es CREER (tontamente, debo agregar) que MERECER tiene algo que ver con la atracción y el error número dos es NO VER LA REALIDAD. Es hermosa, sí. Pero tiene defectos como todos, tal vez más que tú o yo. La estás poniendo en un pedestal y premiándola por algo que no debes. La belleza es algo con lo que se nace (por lo que no representa ningún mérito personal) o bien es algo que se COMPRA (en cuyo caso deberías rendirle respeto a su cirujano plástico, o a su estilista, pero no a ella) por lo que al momento de hablar con ella lo PEOR que puedes hacer es ponerla por encima de ti por la estúpida razón de que es bella.
Tal vez te guste pensar en que el karma vendrá en tu ayuda, y tal vez suceda. Simplemente te digo que yo, no he visto que eso suceda. No esperes a que las cosas te caigan del cielo. Búscalas pero hazlo eficientemente, no sólo creyendo que por MERECER cosas buenas, cosas buenas te sucederán.